Son unos bombones, o bolitas, hechas con una mezcla de queso de cabra, mascarpone y gorgonzola que luego rebozamos en avellana triturada. Aunque son salados, le damos un toque dulce, de contraste, con unas gotitas de miel. Para que la miel fluya mejor, se puede calentar un poco. Ideal como aperitivo en estas fechas.
Ésta ensalada con queso de cabra, la probé durante las vacaciones en el restaurante RODONDO de Tamariu, una playita encantadora de la Costa Brava. En mi opinión, le sobra el pimiento, aunque sólo hay un par de rodajas, más por estética que por otra cosa. Lo que me agradó mucho fue la presentación y el toque que le dan la manzana, las pipas de calabaza y los trocitos de fruta confitada.
El restaurante lo recomiendo, sobre todo por la ubicación, aunque la comida, sin ser espectacular, es correcta y con algún detalle interesante.
Para hacer el polvo de pistacho, se pulverizan los pistachos con un robot de cocina, en mi caso uso la thermomix, y luego se ponen en el horno a 100ºC durante 2 o 3 horas.
Hacemos unas bolitas con el queso de cabra y lo rebozamos en un crocanti. Para dar un toque más divertido, lo pinchamos en una brocheta a modo de chupachup.
… Con unas virutas de jamon ibérico, queso de cabra y un chorrito de aceite de oliva.
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